Jueves noche, hay gente por la calle. No es lo de antes porque, ya lo saben, nada es como antes. Tengo dos conciertos a la misma hora, opto primero por el que me pilla más a mano. No, el metro de Madrid no es el de antes -¿se acuerdan de aquella campaña de publicidad que proclamaba lo de “el mejor metro del mundo…” justo antes de la subida de tarifas y la bajada de frecuencias?- cuando llego a la sala El Sol la banda ya está caliente. Son de Barcelona se llaman Electric Gozarela y hacen boogaloo (Latin Funk boogasoul). Sobra sitio para bailar pero -¡ay!- nadie es como antes incluido yo y la media docena de amigos que me encuentro. Somos más sabios pero con las caderas un poco más rígidas. “Que nos disculpe Barreto por levantarle este groove” canta La Gozarela Eléctrica en “Txarnego Boogaloo” de su disco “Come to el barrio”.
Hacen un mambo de Perez Prado “Lupita” con sorprendente frescura y juegan con los clásicos del boogaloo y con los aires de Gato Pérez. “dales fuego” reconstruye el groove de James Brown Estoy con el abrigo puesto cuando suena “el Pito” de Joe Cuba que contenía la frase que pronunció Dizzy Gillepie “I´ll never go back to Georgia” que, estos, han traducido por lo personal: “Ayer me dejo mi novia” y que encaja en la fonética original.
Salgo a la calle con una sonrisa hacia la fiesta Enclave de Agua que reúne a un montón de monstruos del funk de por aquí, más Juan Rozoff (el Prince francés, le llaman, mismo groove, parecida estatura pero Juan sabe cosas que Prince aún no ha soñado) Rozoff es de París pero tiene medio corazón aquí. Pero -¡ay!- la primera cita era en la sala Caracol (que sigue cerrada por orden municipal) y me pierdo en la zona de la Puerta de Toledo, cuando llego al concierto me cruzo con gente que sale de una cita memorable con Juan Rozoff, Aurora García, Astrid Jones & The Blue Flaps, Watch Out, Cosmosoul, MamaFunko, Cosmosoul y Mardi Grass. Vale, me lo he perdido y me vuelvo a casa sin saludar a los amigos para pillar el último metro. En la foto de Jaime Masseu se ve a Julián Maeso a los teclados, Rozoff en la guitarra y Pitu (MamaFunko) entre otros.
Me sigo prometiendo a mí mismo que no debo dejar pasar el talento. Así que el sabado repito doble concierto. Primero La Canalla despiden su gira en una sala Galileo abarrotada de un público que reconoce esas canciones eternas de bares, amores y hembras. Aparecen invitados como Dj Slow que provoca un pequeña jam de jazz y la delicadeza de Maui (sin los Sirénidos) que el jueves 19 de diciembre se presenta en el tablao “Cantares”. (En la foto de Paco Manzano con Diego Guerrero a la guitarra)
En el Sol Anaut presenta “140” el disco dedicado a las 140 personas que echaron la mano a la cartera para que se editara. Anaut hace soul de ese que te permite olvidar que Van Morrison ya no viene tanto como antes (aunque cuando viene te deja la cartera temblando). Alcanzo a ver la parte final en la que aparece Juan Zelada. Hay un público muy joven que sigue a las numerosas bandas que practican el mejor R&B. Falta dinero, ya saben. En el metro, sorpresa, nos cruzamos con Cayo Lara, un político que sí que sabe lo que cuesta (y lo que tarda) el metro.
